El Parlamento Europeo ha adoptado su posición sobre el paquete de simplificación Omnibus I, lo que supone un importante punto de inflexión en la reforma en curso del marco comunitario de información sobre sostenibilidad y diligencia debida. Tras semanas de negociaciones, y a falta de una mayoría entre los grupos políticos centristas, el Partido Popular Europeo (PPE) consiguió la aprobación de un compromiso reducido con el apoyo de los partidos de derechas.
La posición adoptada introduce cambios sustanciales tanto en la Directiva sobre la elaboración de informes de sostenibilidad empresarial(CSRD) como en la Directiva sobre la diligencia debida en materia de sostenibilidad empresarial(CSDDD), reduciendo el alcance y la ambición de los marcos originales.
Cambios clave aprobados por el Parlamento
CSRD: Umbrales más altos, alcance reducido
El Parlamento votó a favor de limitar significativamente el número de empresas cubiertas por la CSRD. Según la posición adoptada, la CSRD sólo se aplicaría a las empresas con:
- 1.750 empleados o más, y
- 450 millones de euros de facturación neta
Esto representa una fuerte reducción en comparación con los umbrales actuales (250 empleados / 40 millones de euros de volumen de negocio), y excluiría a una gran parte de las empresas que anteriormente estaban incluidas en el ámbito de aplicación.
CSDDD: Debilitamiento de las disposiciones sobre el clima y la responsabilidad civil
El Parlamento también votó a favor de reducir las obligaciones clave de la CDSD:
- Supresión de los planes obligatorios de transición climática
- Limitación de las normas de responsabilidad civil en la UE
Estos cambios reducirían la carga de cumplimiento, pero también la alineación con las expectativas internacionales de diligencia debida y los compromisos de gobernanza climática.
¿Qué ocurre después? Comienzan las trilogías
Una vez adoptada la posición del Parlamento, el expediente pasa ahora a las negociaciones a tres bandas con el:
- Comisión Europea
- Consejo de la Unión Europea
Ambas instituciones han presentado propuestas más ambiciosas que el Parlamento.
Entre las principales divergencias figuran:
- Umbrales más bajos para la solicitud de CSRD
- Requisitos de diligencia debida más estrictos
- Mantenimiento de las obligaciones del plan de transición climática
Esto significa que los trilogos tendrán que salvar importantes lagunas antes de que pueda alcanzarse un compromiso final. Aunque el objetivo inicial era concluir las negociaciones antes de finales de 2025, este calendario es ahora cada vez más incierto.
Cualquier acuerdo final requerirá:
- Apoyo mayoritario en el pleno del Parlamento
- Aprobación por mayoría cualificada en el Consejo
Dadas las divisiones políticas puestas de manifiesto en las recientes votaciones, ninguna de las dos cosas puede darse por sentada.
Qué significa esto para las empresas
El resultado subraya la creciente fragmentación política en el enfoque europeo de la regulación de la sostenibilidad. Para las empresas, esto se traduce en:
- Continúa la incertidumbre sobre el alcance y los requisitos futuros del CSRD y el CSDDD
- Posibles retrasos en la planificación, ya que las principales obligaciones de cumplimiento pueden cambiar
- La necesidad de mantener la flexibilidad en los sistemas de información y diligencia debida ESG durante el periodo de transición
Hasta que concluya el diálogo a tres bandas, las empresas deben seguir preparándose basándose en la legislación actual, pero permanecer atentas a los posibles ajustes que afecten a la aplicabilidad, los plazos y la profundidad de los informes.
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